Bolivar Mena Franco

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  • Fecha de creación 12 noviembre 2021
  • Última actualización 5 abril 2023

Bolívar Mena Franco, pintor y dibujante, es en largos trechos de su trayectoria vital y artística, ibarreño. Lo es un poco menos el graba- dor, y casi no lo es el escultor.

Puede parecer artificial esta división de su obra en tres cauces, y sin duda lo es. Pero, como lo veremos, nos ayuda a adentrarnos en ella.

El hombre Bolívar Mena Franco, que nutre con su humanidad esas tres epifanías, que, como una trinidad al revés, son una sola persona, nació en Ibarra. Y, aunque suene tautológico, es ibarreño.

Quiero decir que quien no conozca Ibarra, con conocimiento que merezca el nombre de tal y no se quede en la epidermis turística de las nogadas y los helados de paila, perderá mucho del secreto de este artista.

Ibarra es amable y cálida, con un calorcito no menos amable. Y, al menos cuando nació el artista, era recoleta y tranquila. Con sus calles rectas y an- chas a menudo desiertas, y siempre limpias -acaso era la ciudad más limpia del Ecuador-, y con los portones de las casas solariegas abiertos, como invitando al visitante a dar unos pasos por el umbrío acogedor zaguán de fino empedrado hacia patio amplio, generoso, enmarcado por anchos co- rredores porticados, de piso de ladrillo, hacia los que ascendían fragantes madreselvas desde la fértil cuadrícula.

¿En qué casa nació el pintor? Nadie podía anticipar que ese niño sería fa- moso y por ello no se fijó para las curiosidades futuras el lugar. Nadie, ni la familia cercana, lo sabe. Y es una lástima, pues la imagen de esa casa daría su primer escenario a nuestra visión de una infancia en que iba fraguando un mundo interior de ricos y hondos silencios.

En algún lugar de esa amable y casi conventual Ibarra del primer cuarto del siglo pasado nació Bolívar Mena Franco, en 1913. Un 24 de mayo, como me lo confiara alguna vez, añadiendo, no sin su dejo de humor, que por lo patriótico de la fecha le pusieron de nombre Bolívar....

Autor: Hernán Rodríguez Castelo